Tinta, los pinceles están en el aire,
guerreros dispuestos a producir imágenes finas, cotidianas.
Entintados de multicolor, aventados con alevosía directo al lienzo.
Algo se ha mostrado, ¿habrá retribución alguna?
… Ahora estoy a la expectativa.
Color, los espacios sin él, son tan tristes que,
es determinante ponerle letras, de esas que sólo tú sabes plasmar,
aquellas que reflejan mi alma, esa luz blanca descompuesta en espectro
matizando todo a su paso, dando vida a un ficticio encuentro.
…preciso seguir escribiendo usando mis óleos.
Promesas, tradiciones con moralismos grises, sin libertades.
Lo hice, juré que esperaría y, aunque ahora no le veo el caso,
fue un ofrecimiento solemne, habré de cumplir…será sencillo.
El rojo se ha vuelto pardo, quemado al lienzo y, en el firmamento,
ha vuelto a ser triste. Ahora depende sólo de su melancolía.
…pienso seguir dibujando utilizando mis versos.
Cielo, esfera azul, blanca y diáfana; matices equilibrados;
contrarresto una caída en picada, aleteo y miro al cenit con esperanza,
con el sencillo deseo de llegar, alcanzarlo y tocarlo…poder abrazarlo.
Será necesario mirar hacia abajo, percatarme de lo tanto que pude haber avanzado.
…En concreto, quiero de mi vida una avalancha de colores.
Tal vez no sea “el momento adecuado” -repetido hasta el cansancio-.
Ante esta declaración no queda más que decir:
lo que pueda suceder en el futuro, ahora, ¡ya me tiene sin cuidado!
(en la serie automatismos diarios)
¿Dé qué color estas hoy? Yo vestida de mil colores. Hoy es un gran día y, encima, llego a casa medio en coma y encuentro tus palabras. Un buen día. Mil gracias
Hoy estuve un poco pardo. Aún duele, sovreviviré… Gracias de nuevo por estar aquí.
Sobrevivirás? Qué te ocurre? Estás bien?
Píntate la cara color esperanza y adelante. Yo te sigo.