Hace tiempo debí haberlo hecho,
sin embargo la ausencia de seguridad
y la necesidad de confirmar la honestidad
me cegaron completamente.
Por tranquilidad fué apremiante hacerlo ahora…
y ante lo resuelto nuestra alma está a salvo,
definitivamente se encuentra pura.
Axiomas…
convertidos en cenizas, masacrados y desangrados;
en completo destierro y sin alimento, perecerán desnutridos
alejados de nosotros y sin regreso…
exijo eternidad lacerante para ellos.
Instancias banales, sustento vano
imposible oportunidad de perdón,
¿regreso insistente? con ahínco lo digo: nunca más,
no existe la mínima posibilidad de
reinstaurarse de nueva cuenta en mí, entre nosotros.
“Un juramento divino me ha motivado ¿recuerdas que lo pedí?”
Sepultados ahora están…
pensamientos hostiles, creencias sin cimientos;
convicciones lacerantes, desconfianzas y celotipias
ideas vagas, preceptos sin sustento
desconfianzas y dudas…
Todo esto ha sido desplazado
lo he escrito con sangre en papel y echado a las brasas,
en confirmación arrojé las cenizas al aire , soplé fuertemente
y ni una oración ofrecí, ¡simplemente esas creencias no la merecían!
“tu atrevimiento me dió libertad y plenitud, ¿recuerdas mi alegría al recibirlo?”
Nuevamente soy tu siervo y he vuelto sin condiciones
inmaculada tu imagen será por siempre,
ámame y destrózame… ambas cosas a la vez
ya no podré diferenciar entre una y otra puesto que
la hostilidad y la desconfianza finalmente han perecido.
(en la serie automatismos diarios)