No intentaré arrancar lo que se ha engendrado y que,
en profundas raíces se fundamenta, se posa y reposa;
miraré tu destello, libre como el cielo, sonrisa concebida.
Guardemos ésto como lo que és y sin predicciones;
pretenderé cerrar mis ojos soñando con tus brazos
y habré de obviar despertando en tu vida, amarrado a tí.
Divina coincidencia, tiempo y emoción, ¿sólo eso?
destrózame con tus desprecios y sustenta mi inanición
invítame a morir, pués de carne estoy hecho…de dolor.
Sin imagen ni presencia, en apego se ha convertido
por sensibilidad ahora me conoces, me tienes y sientes
mantente dentro de mis sentimientos y nunca te alejes.
Vida incipiente de triste partida, dejada a la deriva;
mi camino seguiras con tu mirada y en algún punto
gritaré suplicándote ser alcanzado, en la lejanía.
(en la serie automatismos diarios)