No te odio pero tampoco te extraño
y en cada lectura permanecen
recuerdos de labios húmedos,
de sexo fallido y versos ofrecidos.
Hoy, en tu sombra, mi vida renace;
tal vez te extrañé y sufrí
tal vez nunca lo viví.
Y sin tu sonrisa ahora me merezco
y soy aún más, mucho más “dulce”
de lo que fuí contigo,
mucho más de aquello que merecías
de lo que ansiaste y amaste;
de aquello que despreciabas
pero que ciertamente tuviste.
Por eso, como lo lees, ahora regreso,
y mostrándome sin desgana
me miras nuevo, fuerte y en pié…
quisiste regresar y permanecer,
en tu pasada mediocridad,
y sin preguntar decidiste
y lo acepté sin reparos;
¡ja! tu mente creyó que era claro
creíste poder jugar
y tener todo a la vez;
no te culpo, lo mereces
¡sufres por que quieres!
Me dejaste ir y volé
fuí ciertamente, tal cual…
Me desvanezco ahora
como el agua se clarifica
filtrandose entre los dedos;
sólo arena queda
y se seca con el sol;
calma en mi alma, sonrío:
es una nueva canción…
(en la serie automatismos “diarios”)
Es bueno decidir empezar de nuevo…
Así es. Gracias por tu visita
Me alegra mucho encontrar día a día un poema tuyo
Me da mucho gusto tu visita, Noris muchas gracias