Así de repente el tiempo para,
se detiene y a lo lejos
alcanzo a percibir tu aroma,
esa fantástica sutileza .
Te miro y te amo,
me observas, complaces;
sobre tu costado te recuestas,
te sueño y te abrazo …
Pronuncio. Escuchas
y nos entendemos,
te beso en distancias
te extraño en angustias.
Me acerco, suspiras;
te escucho y observo,
te percibo cansada,
en corto comento.
Te deseo sin lujuria
pero a su vez con ésta;
suplico, concedes;
espero… y me desespero
de tenerte tan lejos.
¿Me amas?
cuestiono directo
ya no contestas.
Te hablo otra vez:
cierra tus ojos, duerme.
Y pregunto de nuevo:
¿te duermo?…