Llegaste sonriente
me abriste los ojos,
indicaste caminos;
contemplaste en mí
sueños y momentos.
Así, simple:
estando a mi lado.
En ese instante
cambiaste ideas;
creaste magia;
salvaste una vida.
No lo merezco
pero no me despido,
aquí me quedo y
ahora subsito,
siempre repito:
gracias por todo.
Una palabra pedí
has contestado: amor…
…y en angustia
te recordé lo que es vivir,
lo que es amar, sentir y gozar.
Gracias por existir y estar a mi lado
por permanecer fuerte a pesar de las circunstancias
nos generamos el momento indicado,
el sentimiento mútuo, el correcto…
y aún con mi impotencia y tristeza
sé que que eres fuerte y luchas;
y con desesperación subsisto,
la tristeza me agobia pero
somos fuertes, somos uno…
¡somos todo!