Pasa el tiempo y en él
se sustentan complementos
se fortalecen uniones e
incrementan sentimientos
sesenta veces te desperté
las mismas te he soñado
y en todas esas serenas
nunca lo hubiese esperado,
gustoso he estado en vela.
En ese espacio te he observado
día y noche, luz y calma
miradas vivas cruzadas
vida entregada a tu alma.
Sesenta vueltas de reloj
que con tus totales caricias
vivo me han mantenido
cariños de espera, que,
volando van ensalmando.
Agradezco abiertamente
por las horas dedicadas,
las letras pronunciadas
que dolores supera;
las palabras escritas,
los besos guardados
aguardándo sin urgencia;
sobre todo ahora repito:
gracias por la espera
y por tu linda existencia