Tic-tac. Golpean en las paredes, están encerrados.
Son horas las que quedan pero dentro de ellas cada minuto cuenta. Volando surgen los deseos y a su vez, así volando, van desaparecido mis miedos. Ahora descubro sucesos; analizo, pregunto, suplico pero sobre todo decido. Es tiempo de crear sin simulaciones, tiempo de ofrecerme tal cual soy; mantener virtudes y desechar rebabas. Tic-tac. Cada segundo, por pequeño que sea, por simple que parezca, posee la suficiente fueza para impulsar la manecilla, para hacer avanzar el segundero. Así, de pequeño como se percibe, es creador de siglos; es unidad indispensable. Y, con ese ritmo, tic-tac, paso a paso, voy aprendiendo mientras analizo mis caídas; recapacito y me doy cuenta, que a pesar de mis significativos errores, no ha sido una vida perdida. Tic-tac. Mientras vuelo junto con el tiempo me adelanto en horas y viajo al futuro y, aunque te lleve en la memoria, tic-tac, suspiro al recordar los momentos que me has ofrecido. Comienzo a extrañar tus brazos a añorar esos días de miradas y caricias. Tic-tac. Minutos atrás, en mi desesperación, decidí guardar, celosamente, tus ultimos besos como promesa de regreso. Tic-tac, son segundos los que hacen contar las horas y ante su infinitud he decidido contar recuerdos.
Tic-tac golpean en las paredes, no les permito salir, los llevo conmigo y permaneceran allí hasta que, a mi regreso, y de tus labios, me los ofrezcas nuevamente, sin prisas, sin tiempos…muy pausados.
Tic-tac. Tic-tac. Tic-tac…
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