Hablé y abriste los ojos
te desperté pacientemente
supuse que me soñabas
queriendo permanecer
por siempre en tu mente.
Respiré y te conmoviste
abriste suavemente los ojos
observé tu perfecta mirada
y me estremeció tu boca:
al sonreir me desbaratas.
Te olí en la distancia
y volteaste al acercarme
se intensificaron deseos
juntamos nuestras palmas
me dijiste tiernas palabras.
Te abracé con mi alma
con ternura de vainas
me abrazaste a lo lejos
con amor desprendido
desterrados en calma.
Desperté y no estabas
en tu falta y en lejanía
añorando tus brazos
esperando tus besos
como todas mis mañanas.
la peor parte de soñar es que tenemos que despertar en algún momento. Saludos.