El sol aparece de nuevo pero no calienta. Su luz ilumina y produce sombras discretas y sobre su majestuosidad, caprichosamente, induce destellos en río cristalino de vida, sí de tu vida.
La vida –repito- sucede en cada instante y mi alma, sí mi alma, se aclama a gritos de partida, así como el agua; así como tu risa. El agua -vuelvo a repetir- fluye y va dejando cauce, marcando el paso y abriendo esperas; cantándole al sol y mostrando destinos pero sobre todo caminos, ésos que me motivan a seguir generando pero sobre todo buscando. ¿A dónde me lleva?- en respuestas inciertas y situaciones complejas. Mas luego descubro que eres tú en esencia.
¡Eres agua, mi vida!
Me abrazas con tu frescura y te incluyes en cada parte de mi cuerpo, en cada poro y en cada cabello; en distancia me mojas y me reconfortas. ¿Me dejo llevar? o espero sentado a que el frío haga su efecto y el bosque me abrace sin ningún calor externo. Decidido está y lo comento de nuevo:
¡Eres agua, amada mía!
Y sin dudarlo te imploro me aceptes en tu cauce y me lleves contigo a donde quiera que vayas; consérvame ahí de brazos entrelazados, así sin pretender; que en tu fluír me exploro y en tus deseos me incorporo.
Y lo repito de nuevo así con el decoro que el sol lo confiesa y lo expresa a su modo:
¡Eres agua, mi vida!
E hincado ante tí y al tocarte y sentirte tan fresca ahora, humildemente, te pido: abrázame, humedece mi cuerpo e inclúyeme en tu flujo; llévame siempre contigo; no desesperes, mantengamos paciencia y dejemos fluír; lo estamos logrando y sólo requiero hundirme en tus labios.
El sol se esfuma pero el flujo transcurre, no cesa en ningún momento y aún en la obscuridad –lo repito sin cansancio- la vida, el agua y mi alma en tu cauce se reproducen en calma; substituyen angustias y producen nuevas alabanzas.
En verdad lo comprendo pero sobre todo lo acepto y como lo he expresado, mi vida sólo cobra sentido si me matienes a tu lado. ¿Me aceptas de nuevo?
Tan sólo recuerda lo que el sol me ha confesado y lo vivo esperanzado: eres cristalina, eres agua que fluye constante y supera instantes.
-repetiré de nuevo-
¡ Eres agua mi vida, eres agua amada mía!