En cada mañana obscura que,
al voltear mi mirada a la cama,
aún tu tierno olor perdura.
En cada sombra sobre la arena
y en el soplo del gélido viento,
en el ruído de las olas te encuentro.
Al vislumbrarte y reconocerte
en el sol y su luz; la luna y su calma
que me revelan tu linda cara.
En todo lo que en mi vida escribí
y en cada minuto y cada instante
siempre, siempre, me acuerdo de tí.
Son tantas cosas las que nos traen los recuerdos a nosotros…
Muy bonito, Toto.
Un abrazo
Gracias por aparecer por aquí