Por un instante la luna se apartó del sol
y ahí fué cuando el anochecer ocurrió
sin calma y pensando se mantuvo cautivo
como en deseos de pedir perdón.
El sol se acercó a la luna susurrando
todos esos lindos momentos compartidos
mirando como el viento sus palabras llevaba
besos y tiernas caricias recordando.
En pensamiento y acciones lo demostró
más por la hora y tardanza no fué escuchado
rogó al cielo, sin estruendos, un milagro
el cual al siguiente día ocurrió.
Es de día y la luna tranquila duerme
el sol como todas las veces le cuida y le sana
ella, que de errores hay momentos, lo entiende
él, agradecido, le acaricia y por siempre le ama.