Esperando a que llegue la lluvia
Bien. Ahora lo que ves aquí no tiene tu pertenencia;
la sustitución de sentimientos equivale a un cuadro inerte de sobriedad…
Contemplando suspiros de miel
¡Vaya!. A tiempo lo he entendido, en claridad;
sin la eterna, y falsa, promesa de saciedad
Esperando enmelarme de sed
Y nunca lo fue, permití que te embellecieras en mis letras
para convencer a tu falsa integridad de existencia.
Aunque lo intentes no las entenderás
La lluvia ha llegado, me relaja y humedece mis palabras
estas líneas más elevadas que tu capacidad:
¡Más, que tu simple idiotez!