Recuerdo la primera vez que ví el mar; tenía vida, se movía…me atraía.
Quise tocarlo… se esfumó en mis manos.
«Terquedad» en llevarlo conmigo, «Rebeldía» en quedarse donde lo encontré.
Sólo rescaté el color marino secuestrado por mis retinas…
Un recuerdo. Tras varios años he vuelto y me lo llevaré…
(en la serie automatísmos diarios)