¿Por qué complicar aún más las cosas?
¿Por qué herir y por que destrozar lo ya conquistado?
¡Hey tú! bendito y divino, omnipotente y omnipresente… sí, a tí te hablo a la cara…de frente, como debe de ser.
Si tienes las agallas contesta de igual forma, a la par, directamente! No te escondas, nuevamente, en tu velo de misticismo.
Por eso me alejé de tí por tu maldita cobardía, por no querer enfrentar y sólo someterme a tus estupidos designios.
Una vez más te lo digo: soy el único en este mundo ¡que no te teme!
soy el único en este mundo que se ha atrevido a alzar su voz en contra de esta estupida ¡injusticia!
(en la serie automatísmos diarios)