Me carcome, me viola y mata…
Establecer vínculos es un proceso sumamente doloroso.
Criterios que instituyen incomprensión, declararme y no morir,
esos puntos se han convertido en una nuez,
esa que me está mantando poco a poco.
Abro los ojos y es tarde ya, he despertado…
tuve la sensación de tus brazos y tu vaho sobre mi nuca
no deseaba despabilarme, necesitaba quedarme en tu regazo, bajo tu cobijo;
estuve disfrutando de tu cuerpo, de tu piel.
Sudoroso enfoco la vista.. no estás a mi lado;
es tu falta diaria la que me hace estar aquí en pié,
automáticamente escribiendo.
Me dispongo levantarme, sin embargo,
tu recuerdo me obliga a permanecer quieto
a volver a aquel reposo,
a la inacción y suspensión del movimiento voluntario y los sentidos,
me impulsa a acercarce de nuevo a tus suspiros.
Duermo de nuevo sin ninguna preocupación,
sé que es de mañana y debo obligar,
más la falta de tus caricias genera en mí laxidad.
Ya más nada importa, he perdido toda intención…
la vida, esa unión del alma y del cuerpo, avanza sin sosiego;
yo ahora estoy en pausa, sin movimiento,
solo disfrutando de aquello que no tengo y que algún día, tal vez, pude disfrutar.
(en la serie automatísmos diarios)