Una vez más me miraste y te miré,
el brillo de tus ojos permanece
destello motivante, candente…
mirada complaciente.
Cara a cara, sin barreras a pesar de los infortunios
tu faz es constancia en tiempo, elegancia y finura estable.
Una vez más sonreiste y correspondí
lo terso de tus labios incitan
gesto contínuo, irradiante, tranquilo…
sonrisa calmante.
Te imaginé en mi pecho, desee tenerte para siempre
olí tu piel y palpé tu cabello; en mi mente, finalmente, te abracé.
Otra vez, y última, me besaste y me dejé llevar
la suavidad de tus caricias sigue constante
claras, tiernas, inquietantes…
dame paz.
Si tan solo pudieras escapar de mi mente y de mis fantasías
para hacerte presente, palpable, aunque sea por unos instantes…
Nuevamente eres volátil y yo soy aire que intenta rozar tu cuerpo
ausente, inestable, lejana…
sé que sólo el hecho de pensar, soñar, imaginar y desear,
algún día, lo volverá realidad.
(en la serie automatismos diarios)