Hoy quisiera decir gracias
por tantas palabras evocadas
las caricias entregadas
por las ganas de vivir
por tus tiernas miradas
gracias por tu entrega
y gracias por tu falta
que me hace entender
lo que amo y
qué tanto debo de cuidar.
Agradezco también
esas noches ofrecidas
y las mañanas aceptadas
tus sonrisas y tus lágrimas
la alegría y tu calma
tus besos, ternuras
y candentes abrazos,
por amarme a tu modo
con o sin palabras
sin siquiera preguntarlo.
Por todo éso, lo pasado
y por lo que vamos generando;
por todo ésto, lo nuestro
y lo que nos mantiene animados;
por lo que viene, lo deseado
y lo que el universo nos depara;
por aquello, lo forjado
y lo que inició suspirando:
gracias, mi vida, de verdad
muchas gracias.