Lo sabes bien,
lo he dicho y,
al parecer
has prentendido,
has decidido
asimilarlo.
O quizá
en mi distraigo
los conceptos
se echan volando
y no hace falta
así, para mí,
ratificarlo.
Pero lo sabes
y es importante
que lo entiendas
pero sobre todo
que lo introyectes
que ésto que sabes
es parte indispensable
de toda mi existencia
que es lo que
traigo guardado
y he estado deseando
poder entregártelo.
Pero lo sabes
y lo sabes bien,
sabes que
te amo como
nunca he amado;
así como nunca
nadie lo hizo
hacia a tí;
así como
nadie nunca
lo habrá de hacer y,
de la misma forma
así como nunca jamás
lo pudiste haber
imaginado.
Y, si no lo sabías,
¿sabes qué, amor?:
ahora ya lo sabes.