Al menos eso parecía pues el sol no había salido desde hacía algún tiempo.
Esa noche (sí, creo que era de noche), de caminata obligada avanzaba cabizbajo mirando mis pisadas; pensamientos al aire, tormenta de ideas y extrañando, solo extrañando. Pasos al bosque, ¡no! mejor al lago, un nuevo destino. La luz tenue y vaga no me permitia distinguir mi camino mas, de memoria, confiaba o a lo mejor sólo, en automático, avanzaba. Así tal cual como era mi vida después de su ,súbita, partida.
Esa noche de reflejos de cielo, eso vivía.
En mi mente el recuerdo de estarle buscando por todos lugares y, al no encontrarle, el sentimiento de que mi cabeza decayó día a día, cada noche un poco más. Y así como en esos momentos, en anteriores tiempos, mi vista se fijaba en cortos horizontes cercanos sin mirada al futuro.
Le había perdido, eso creía.
El tiempo habia pasado desde que calló pero tambien a cada paso que dí y aún con el frío calando, me fuí acercando al distinto destino. Alcanzaba a discernir la tenue división entre el agua y la tierra. Decidí sentarme lo más cercano al lago para observar su calma y segundos después, lanzando cuanto objeto me iba encontrando, quise comenzar a alborotarla.
Era de noche aunque parecía de día o, al menos, eso creía pues la luz resplandecía y eso vivía.
Y de entre las ondas que mis tiros producían una brillantez se asomaba. Ahí estaba tal cual la recordaba ahí debajo del agua…la luna debajo del agua.
Le hablé, no contestó, le rogué sin obtener respuesta y comencé a preocuparme por que, ahí bajo la superficie, supuse pudiese haber perecido o simplemente haberme ignorado. Intenté darle mi mano sin alcanzarla, tomé varas largas queriendo ayudarle a salir del ahogo, el mismo resultado. Intenté, luché, rogué por salvarle hasta terminar, sobre mis espaldas, fatigado.
Ahí recostado abrí los ojos y, mirando al cielo, la luz me sorprendió, permanecía inherte y estaba allí tal cual la había dejado de ver hace algunos ayeres. Y me habló:
-“Nunca caí, ni siquiera me he mojado e incluso nunca te he abandonado; he estado siempre aquí, arriba, observando pero sobre todo cuidando. Fué todo lo que creías, todo lo que vivías que te dieron cortas miradas sin permitirte voltear de nuevo al cielo.”
Y desde ese momento aprendí que el reflejo no es todo lo que puede ser, no es todo lo que debe ser… simplemente no lo es todo. Hay que mirar al cielo de vez en cuando para clarificar nuestros sueños.
No estaba perdida, hoy la he visto; no se si de noche o de día pero estaba bajo del agua…he visto la luna debajo del agua pero conciente de que en su lugar se encuentra y en su pensamiento me encuentro. Eso creo, ahora, y eso vivo.
Muy bonito, Toto.
Un abrazo
Gracias, saludos
Me gusta, metáfora por todo lo alto
se notó? un poco de metonímia… eso es: metáfora y metonímia.
saludos Mariel
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