Estás a mi lado, cuando más lo pienso; por tus palabras lo siento y me reconforta saberlo; más, aún así, no percibo el calor de tu cuerpo. Soy honesto, el roce de tu piel me hace falta junto con el leve y suave aliento de tus pláticas. Te escucho sonreír y sé que eres feliz; yo también lo soy independientemente de no mirarte de cerca y tocar tus labios. Y, a pesar de no poderte acariciar, comparto tu día a día agradeciendo a la luna el hacerte presente. El envío arribó y dentro de él todos mis recuerdos y esfuerzos por estar cerca de tu alma, te rocé con mis manos a través de las figuras, sí, esos dobleces de papel. Te ví llorar de alegría y, en ese momento, desee con todas mis fuerzas enjugar las lágrimas con un abrazo y con un beso. Lo hice desde mi asilo y te dormí de nuevo.
Estás a mi lado en todo momento, así lo pienso, así me lo has hecho saber y, a pesar de esa presencia, extraño tus manos. Vuelvo a ser honesto, me haces mucha falta, llevándome en tu dedo, a pesar de tenerte tan cerca. Y noche a noche, cuando cierro mis ojos, me acuesto pegado a tí, te acerco a mi pecho tocando tu espalda y te beso la frente para, de esta forma, no seguirte extrañando. Estás conmigo todo el tiempo, en mi mente, en mi pensamiento, en cada minuto que pasa; en cada sonrisa y cada lágrima; en cada palabra expresada y cada frase mostrada y, a pesar de todo ésto, de estar siempre aquí … me haces mucha falta.
Reblogueó esto en Luthierzebeth, exploradora de sueños.
Muchas gracias es un gran honor el que me muestres en tu Blog. Saludos
Honor el mío por encontrar cosas tan bonitas en tu blog 🙂
¡Un saludo!