Soy adicto a tí
y a tus besos
a tus abrazos y palabras;
suspiros, caricias
a cada instante que guardas
y en cada mirada no forzada.
Soy adicto
a la forma en que me hablas
pues me haces suspirar
cada mañana.
Soy adicto
al beso guardado
que me mantiene con vida
que me produce nostalgia
me mantiene con vida
y me obliga a respirar.
Hay adicciones que merecen la pena tenerlas, que te enganchen y no puedas vivir sin ellas…
Un abrazo, Toto.
Lo es, lo soy