Te lo dije, soy muy terco y no me caigo ante el primer ventarrón,
más no falto de razón tal cual necio.
Constancia y soporte han moldeado lo poco que hay… lo poco que soy.
Quiero ahora beber los vientos.
Aún en la tormenta sigo en busca. Pasos cortos, andar constante;
lágrimas que brotan y se disimulan con la lluvia;
una sonrisa reflejando los rayos que caen y desgarran la tierra.
Gritos de súplica que superan los truenos.
Y, al final…
Paso a paso, viento en contra y un destino.
Lo he dicho y lo sostengo… terco soy!
(en la serie automatísmos diarios)