(escrito un 11 de octubre 1994)
Una ilusión gobierna de sobre manera
la guarda agobia…
se enoblece, produce relevancia.
La espera es el resultado
de momentos desnudos
a la luz de la razón.
…podría desear
invadir tu cuerpo con mi mente
más no sólo el silencio tranquiliza, fortalece.
No hay soledad en la batalla,
tu estas en mí
y, tal vez, yo en tí
más no es de importancia la reciprocidad
…estás tú en mí
El recuerdo, borrosamente, se manifiesta
el daño fue hecho, mas aún,
las cicatrices son fuertes
pero visibles
no permitas que se abran;
que renazcan.
Imaginar y observar
tus faciales destellos
porque a través de ellos se refleja,
en el agua de tu alma, lo más puro
de mi sentimiento… de mi ser.
Aspiran tu alegría,
aspirar a mantenerla en mí
no hay mejor destino
que el mantenerte en mi memoria
y así sentirte en mi,
mantenerte fresca, pura y nítida
y, solo así, desechar el dolor
que por tanto tiempo ocupó, ese lugar,
reservado para tí.
Solo pido disculpas
por haber creado este sentimiento
que engrandece mi vida
y desfallece sin sustento.